Su nombre es Clara

…Su nombre es Clara

 Quiso Dios que una vez visitara Asís y fuera al convento primero fundado por Santa Clara Scifi, más conocida como Clara de Asís, y nos  mostraran su cadáver incorrupto tras mucho siglos de su muerte en Asís 1253. El cuerpo se encuentra conservado pero horriblemente ennegrecido por el paso del tiempo. A su vista me dije qué diferente de la Santa Clara de Zefirelli, joven, bella, rubia como los trigales de la Toscana. A pesar de ello pensé la santidad es hermosa porque ilumina la oscuridad de este mundo. Dice el Prólogo de San Juan, hablando de Jesús: “Era la luz verdadera que, viniendo a este mundo, ilumina a todo hombre.” (Jn 1,9)

Pensamos que el gran mérito de Santa Clara y sus Damas Pobres fue decir al mundo, que recién descubría el mercantilismo, que lo que realmente importaba era ser y no tener.

Estas actitudes vividas en cristiano como una forma radical del seguimiento de Cristo, iluminaron nuestro mundo y aún hoy, ocho siglos después de la primavera de Asís, lo siguen iluminando.

Por eso el nombre Clara se llena de un nuevo significado; Clara es la que ilumina, pero porque ella primero ha sido iluminada. Así se comprenden las palabras del Primer Obispo de Chalatenango, Mons. Alas, que los santos, son trasunto de Cristo, su copia fiel.

Muchos siglos habían de transcurrir, y muchas cosas tenían que cambiar, hasta que en una pequeña República latinoamericana, El Salvador, naciera una niña también amante de la pobreza,  de los pobres, y de la imitación de Cristo. ¡También se llamaba Clara!.

Dicen que llovía torrencialmente aquél día, 12 de agosto de 1857. Negros nubarrones encapotaban el firmamento; hacía varios días que no cesaba de llover 

Cuenta la tradición que el día que nació, estaba lloviendo torrencialmente. Pero, por un prodigio, después del alumbramiento brilló esplendoroso el sol. ¿Qué quiere significar esto?. La estrella que brilló en Belén para anunciar el nacimiento de Jesús, es símbolo de la fe que guía al encuentro con el Salvador. El sol que brilla en lo alto, evidentemente simboliza al Redentor como la luz que ilumina a este mundo entenebrecido por el pecado, mundo de pecado fue el que encontró Madre Clara María al nacer, mundo de pecado en su mismo hogar desintegrado; pero Cristo no sólo ilumina nuestras lobregueces, sino que como discípulos suyos somos iluminadores, claros, como lo dijo él mismo en el Evangelio: brille así vuestra luz entre los hombres para que viendo vuestras buenas obras den gloria a vuestro Padre que está en el cielo. (Mt 5,16) Evidentemente Madre Clara María fue luz en su tiempo y en el nuestro; su vida entera iluminaba el camino de hombres y mujeres para llevarlos a Cristo.

Decía aquél 16 de julio  ante la sagrada imagen de Nuestra Señora del Carmen:

¡Sus hijos, pobre Patria, han delinquido!

¡Han negado su fe y su religión!

Y al vicio y al error se han convertido,

Del libertino masonismo al ruido,

Del malhadado naturalismo al son.

Mujer de su tiempo, profundamente enraizada en la problemática histórica de El Salvador, desde la fe cristiana, que ilumina la realidad, condena los desvaríos de su Patria, que también habían condenado nuestros obispos.

Sus padres, Doña Carmen López y Don Daniel Quirós, al enterarse que la Sra. De Quirós esperaba su primer hijo, como todos los padres, pasaron conversando y escogiendo el nombre que pondrían a la criatura próxima a nacer. Sí era varón, y en esto había acuerdo, se llamaría Félix, como su abuelo, sí era niña, aquí no lograban ponerse de acuerdo, se llamaría Isabel, según Don Daniel, Clara, para  su madre. El 12 de agosto, celebraba la Iglesia a Santa Clara de Asís, el mismo cielo señalaba el nombre de la niña que nació…como un nuevo Zacarías cuando junto a la pila bautismal qué nombre habían elegido para su hija, ellos, al unísono respondieron CLARA DEL CARMEN.

Así aquella niña extraordinaria fue puesta bajo la protección de la Santa enamorada de la dama pobreza y de Nuestra Madre del Carmen.

Entonces, el nombre dado a los hijos no era una veleidad de los padres; sino que, fieles a la tradición de la Iglesia y a nuestra cultura cristiana, imponía el nombre de un santo, normalmente el del día del nacimiento en el almanaque, para que este lo tomara bajo su  protección en el difícil camino de la vida y le hiciera llegar a buen puerto.

En este caso, el nombre señala un camino. Madre Clara no sólo fue iluminada por la luz de Cristo, sino que fue luz para los habitantes de Santa Tecla, luz de caridad y faro que conduce a Cristo y a María, como dice el canto.

Clara Quirós también fue una enamorada de la pobreza y, al igual que la de Asís, Fundadora de un Instituto Religioso. A través de sus Carmelitas de San José, Madre Clara María sigue iluminando la vida de muchos hombres y mujeres, niños y niñas. Cuenta Mons. Bougaud, en su monumental biografía de Santa Juana Francisca Fremiot de Chantal, fundadora de la Orden de la Visitación, que la Santa, en primer lugar, quiso ser Carmelita Descalza, pero un día se le apareció Santa Teresa de Jesús, y le dijo: Yo no te quiero por hija, sino por compañera fundadora. Lo mismo podría decir Santa Clara de Asís a Clara Quirós de El Salvador.

Cuando se convirtió en religiosa cambió su nombre por el de CLARA MARÍA DE JESÚS. En la Sagrada Escritura el cambio de nombre significa la destinación a una misión que se asume desde la libertad. La misión de Madre Clara es ahora totalmente seguir iluminando pero desde una pertenencia total a Jesús y María, con Santa Teresa de Jesús podía decir:

Yo toda me entregué y dí

Y de tal suerte he trocado

Que es mi Amado para mí

Y yo soy para mi Amado .

Su relación con Dios fue el camino de una nueva fecundidad, pues ella es la madre de numerosos niños,  mujeres y hombres que se acercan a ella para gozar aunque sea un instante de su claridad.

                                                 Roberto Bolaños Aguilar +.

Esta entrada fue publicada en Reflexiones y etiquetada , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *